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Plantas cubresuelos, ¿Qué son? y ¿Como Pueden ayudarte?

La función de las plantas cubresuelos en los jardines

¿Qué es un cubresuelos? La palabra casi nos dice todo. Pero le agregaremos que se trata de toda aquella planta que por sus características (principalmente en lo que a su forma de crecer se refiere) tiende a cubrir una superficie de suelo a través de sus tallos hasta crear una cobertura verde más o menos uniforme.

El césped es un grupo amplio de plantas cubresuelos que tienen características muy especiales. Pero en este caso hablamos de lo que en jardinería y paisajismo se conoce como “cubresuelos” propiamente dichos, haciendo la distinción con relación al césped.

Habitualmente, las plantas cubresuelos crecen naturalmente en praderas o montes abiertos, acantilados o en sotobosques, en cuyo caso suelen tener características de lianas (trepan sobre otras plantas para alcanzar la luz solar).

Sus usos y beneficios son muchos:

  • Reemplazan el césped en sectores del jardín en los que no se desea tenerlo o no crece bien por diversas razones.
  • Ayudan a disimular el pie de otras plantas que tienden a quedar muy descubiertos y son antiestéticos.
  • Ayudan a combatir la erosión y el desarrollo de malezas en el suelo al no dejarlo desnudo. Evitan que el agua de lluvia o riego impacte directamente contra el suelo y reducen la incidencia de la luz solar, malogrando el desarrollo de muchas malezas agresivas.
  • Pueden ser sustitutos temporales al espacio que otras plantas dejan libre hasta tanto lo cubran, mejorando la adherencia del cliente con el proyecto (disminuye la ansiedad de la espera por no ver espacios huecos en los canteros).
  • Enriquecen considerablemente las composiciones de un cantero.

Por lo dicho anteriormente, cabe suponer que un buen cubresuelos reunirá las siguientes características deseables:

  • Crecimiento rápido (no necesita más de una o dos temporadas de crecimiento para cumplir su función). Ejemplo: romero rastrero, hiedras, vincas.
  • Estético. Sobre todo, si cumplirá una función definitiva en una composición. Ejemplo: tradescantias, plectrantus.
  • No ser demasiado agresivo. Algunas de estas plantas son ávidas de espacio para expandirse, y en ese trajín pueden deteriorar y hasta aniquilar a otras especies del cantero. Puede ser una característica deseable (sobre todo cuando se busca combatir la erosión del suelo o malezas, o cubrir superficies grandes). Ejemplo: romero rastrero es agresivo. Soleirolia no es agresiva.

Cabe destacar que en diferentes climas las plantas pueden comportarse mejor o peor. Ciertas especies pueden estar muy a gusto en una circunstancia y entonces pasan a crecer rápido y hasta volverse agresivas.

¿Cómo elegir cubresuelos en un jardín?

Primero, preguntarse qué buscamos de esas plantas. Poner por poner, no es una opción. Tenemos que conocer acerca de las dimensiones que alcanzarán, porque después pueden llegar a insumirnos mucho tiempo de mantenimiento o arruinar a otras plantas cercanas.

También hay qué pensar si podemos propiciarles los cuidados que necesitan. ¿Sol?, ¿sombra?, ¿mucha o poca agua?, dependerá de eso la ubicación que tendrán en el jardín.

¿Cómo plantarlos?

Los cubresuelos pueden tener un crecimiento definido o bien relativamente indefinido. Esto significa que llegarán a un tamaño máximo en el primer caso, o bien no se puede pronosticar hasta dónde crecerán en diámetro (segundo caso).

Para aquellos de crecimiento definido (tomillo, pasto inglés, liriope, clorophitum, armeria, nepeta, etcétera), conviene respetar una distancia de plantación acotada. Por ejemplo, el pasto inglés no crecerá más allá de los 30 centímetros de diámetro en condiciones óptimas. Entonces, en este caso para asegurarnos el cubrimiento total del suelo, plantaremos a 20 centímetros uno de otro.

En tanto que para aquellos que tienen un límite difuso de crecimiento, podemos ser más holgados en la distancia de plantación. Acá podemos mencionar el caso del romero rastrero, ciertas tradescantias, mentas, algunos plectrantus (los dólares), soleirolia, salvia procurrens, etcétera.

Un romero rastrero podría ir con seguridad a 1 metro de distancia entre una planta y otra. Pero también entra en juego la velocidad con la que necesitamos lograr cubrimiento total del suelo. En ese caso, podemos acercar más unas plantas de otras y así esperar algo menos, pero nunca sobrepasar límites ridículos, como de poner una planta al lado de la otra, pues el efecto será el peor: las plantas crecerán mal y algunas morirán, descontando el gasto económico innecesario.

Si contamos con bajo presupuesto, optaremos sin pensarlo dos veces por cubresuelos rápidos e indefinidos, para reducir la cantidad de plantas por metro cuadrado.

En un contexto donde pesan cada vez más conceptos como la huella de carbono, y donde es importante reducir el consumo de agua destinada a cualquier actividad humana, es clave repensar los jardines, reduciendo las áreas cespitosas solo a donde cumplirán una función específica y empleando cubresuelos de bajo mantenimiento y consumo hídrico.

Por esto último, es clave empezar a familiarizarse con aquellas plantas que serán más autónomas en el clima que nos encontremos. Es decir, que requieran no solo poco riego, sino escasas intervenciones de podas para contener el crecimiento, poco y nada de fertilizaciones ni grandes intervenciones sobre el suelo para fomentar su buen desarrollo.

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